Ya habíamos terminado con el proyecto de La Narvarte pero había un miiiini detalle que la verdad no nos tenía nada contentos y esque además no hay detalle que no cuente, ¿no?.
El horrible cablerío que se hace con el aparato del internet, el teléfono (que aunque ya casi nadie lo usa, todos seguimos teniendo teléfono en casa porque «no vaya a ser»), estaba en una mesa que ya no hacía sentido con el resto del concepto y la verdad, preferimos ponernos de creativos y de «bob el constructor» antes que dejarlo así…
Nos fuimos a la maderería, escogimos unas tablas de pino y … ¡manos a la obra!, les dejo las fotos del proceso y hasta abajo, la foto del increíble resultado.
Así quedó ya montada en su casita nueva:
Un agradecimiento muuuuy especial a Balam y a JP porque fueron unos grandes carpinteros, la mesa quedó increíble.